lunes, 1 de junio de 2009

Atardeceres

Un mochuelo marcando su territorio a última hora de la tarde. Los últimos rayos de sol bañan a esta pequeña rapaz nocturna mientras lanza su familiar "ueeeeeero" para decir a sus congéneres que aquél es su majano y que lo defenderá a capa y espada de cualquier intruso. Es quizá una de las aves más simpáticas de nuestros campos y una víctima de los atropellos de vehículos más habitual. Como en el caso de los sapos, los mochuelos, sobre todo los indivíduos jóvenes, sufren frecuentemente atropellos por su costumbre de posarse en las carreteras.

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